The Human Condition / La Condición Humana
As we approach closing weekend of Rapunzel Alone, I just can’t stop thinking about how this show has been different from every other show I’ve ever produced. That’s because of the crazy time we’re living in. I’m just as proud of Rapunzel Alone as I’ve been of any of our shows. The artistry is stellar from the writing, to the directing, to the acting, to the entire design dream team. Audiences and critics have loved it. Normally those things would be my measurements of success as the producer. Was it world-class art? And was it well received? Then, did we make any money?
But in this new post-pandemic world of insanity those old measurements of success seem selfish. Petty. Just not enough. While I’m very proud of the art, and the integrity with which we present it, this show actually brought me closer to the human condition. During the pandemic what I worried most about was... dying. Then, the next thing I worried about was... when this pandemic is all over will humans ever want to sit in a live theatre with other humans again? This really weighed heavily on me (and every other theatre person in the world) during the lockdown.
It made sense to worry. Pre-pandemic the overall theatre audience was traditionally those over 40, the exact group most at-risk with Covid. Frankly theatre audiences everywhere have still not recovered to pre-pandemic levels, but people are coming back. And that’s not the only reason I’m happy. I’m happy because of what is bringing them back. It’s not my show, as brilliant as it is. It’s the humanity. People need to come back. The human condition truly needs other human contact. That is in fact what separates us from the rest of the animals; our ability to reason and communicate and create art. Oh, and of course those opposable thumbs.
I now understand viscerally what many people smarter than I have been saying forever. That humans need to sit together in one room and share a common experience. That this is why theatre has lasted for 2500 years. But I am a cynic. So I’ve never truly believed them. Until now. Not because people are coming back to the theatre. But because people are so loving coming back to the theatre. It is clearly healing them. You can see it. I wondered for two years whether people would ever hug again. They do. They do! And they’re deeper and more meaningful hugs now. Even in a mask, the eye contact is not as fleeting today as it was a few years ago. We’re all looking into each others’ eyes now.
It’s the human condition.
The world is raging at the moment. We’re all enraged. We all feel like victims. None of it makes any sense really. Up is down and wrong is right. But the human condition remains intact. That is really good news. We still need each other. We still matter to each other.
We’re still mostly good. And even though it doesn’t seem like it, we’re mostly on the same page. And we’re still here. Thanks for coming back to the live theatre for a dose of humanity and art. You’ve renewed my faith in humanity.
Estamos en nuestro fin de semana de cierre y no paro de pensar en que diferente esta producción es comparada con todas las producciones que he producido. Es por el tiempo en que estamos viviendo. Estoy muy orgulloso de Rapunzel Alone como lo he estado con producciones pasadas. Desde el escritor a la dirección y la actuación, el arte es estelar. Por lo normal, esas cosas serían como yo mido el éxito de la producción. Fue arte de clase mundial? ¿Fue bien recibido? Y finalmente, hicimos dinero?
Pero en este nuevo mundo de locura post-pandemia, esas medidas suenan un poco egoísta. Aunque estoy muy orgulloso del arte y la integridad con que presentamos esta obra, esta producción me llegó más cercano a la experiencia humana. Durante la pandemia, lo que me preocupaba más fue...muerte. Lo siguiente que me preocupo fue...cuando se termine esta pandemia, querrán humanos sentarse junto a otros humanos para ver teatro en vivo? Esto fue un sentimiento muy grave en mi (y también en cada otra persona de teatro) durante el cierre.
Tuvo sentido el preocuparnos. Tradicionalmente, antes de la pandemia, las audiencias de teatro eran personas mas de 40 años, el grupo exacto que Covid afecto más. Todavía, las audiencias no se han recuperado ha niveles antes de la pandemia, pero la gente si está regresando. Y esa es la razón que estoy contento. Estoy contento de ver que es lo que los está regresando al teatro. No es solamente mi producción, aún tan brillante que sea. Es la humanidad. La gente tiene que regresar. La condición humana requiere contacto con otros humanos. Esto es lo que nos separa de otros animales, nuestra habilidad con el razonamiento, comunicación y creación de arte. Y también que tenemos pulgares oponidos.
Ahora entiendo visceralmente lo que muchas personas más astutas que yo han dicho siempre. Los humanos necesitan sentarse juntos en un cuarto y compartir experiencias comunes. Esta es la razón por la que el teatro ha sobrevivido más de 2500 años. Pero soy cínico. Yo nunca les creía, hasta hoy. No es porque la gente está regresando al teatro, pero es la razón por la que a la gente le está encantando regresar al teatro. Claramente los esta sanando.Se puede ver. Por dos años pensé si la gente se abrazaran otra vez. Lo hacen. Lo hacen! Y los abrazos son mas fuertes, con más razón. Hasta con máscara, el contacto de los ojos no es fugaz. Nos estamos viendo a los ojos.
Es la condición humana.
El mundo está furioso en este momento. Todos estamos furiosos. Nos sentimos como víctimas. Nada tiene sentido. Arriba es abajo, lo malo es bueno. Pero la condición humana sigue intacta. Estas son buenas nuevas. Todavía nos necesitamos.
Todavía nos procuramos. Todavía somos de buen corazón. Y sin embargo, todavía estamos en la misma página. Y seguimos. Gracias por regresar al teatro en vivo para una dosis de humanidad y arte. Han renovado mi fe en la humanidad.