Ahhh, Italia! / ¡Ahhh, Italia!

 
 

On this year’s very weird St. Patrick’s Day I found my sheltering-in-place-self thinking not about Ireland, as I usually do while wearing my late Uncle Bill’s obnoxious green plaid sports coat that I only dare to wear on St. Paddy’s Day. No, this year I found myself thinking instead about Italy. I habitually link these two countries, not because they are both charming and ancient and begin with the letter I, but rather because 30 years ago when Debbie and I were planning our first trip to Europe, Ireland was at the top of our list. This was mostly because we’re both of Irish descent, according to our names at least. Even before 23 & Me was a thing, we were dreaming of going to some small Irish village where all the men still wear caps and there we’d find our long lost relatives. But we never made it to the Emerald Isle because friends talked us into going to Italy instead. “For your first European trip, you want to go to a foreign country where they don’t speak English and one that is just like you envision a foreign country should be. That’s Italy,” said our well-traveled friend Alan, who did convince us to go to Italy instead of Ireland, and he turned out to be right. We went for the classic experience, and fell in love with the Italians. Who wouldn’t?

Walking down a major boulevard in Rome with hundreds of people in view, Deb stopped in her tracks and said “Can you point to one person right now who is not beautiful enough to be on the cover of Vogue?”  I laughed, but then looked and could not find one single person of the hundreds I could see who wasn’t devastatingly beautiful. Not one.

They are the most gorgeous people on the planet, the Italians. Of course George Clooney married one. Duh. And the food! OMG! OMG! And the theatre! And the Opera! And the music! And The David! OMG! OMG!

Even if you’ve never been to Italy, you should love Italy this week. In the midst of being the epicenter of the Coronavirus, Italians moved the entire world by singing Opera to each other from their balconies. OMG! OMG! Even more viral than the deadly COVID-19, was the video of the soulful singing. It lifted me up. In the midst of 24-hour cable news panic, it was a much needed dose of humanity as only the Italians can deliver it; artful and strong, honest and unpretentious.

Like everyone, we at 24th STreet Theatre have been busy trying to figure out what we should be doing during this Coronavirus outbreak. What’s our responsibility? What can we do to help? Theatres are no strangers to being in this position. We’ve had to figure out our role during many global events. And who better to learn from than the Italians? Italians go back centuries to the beginning of theatre, with the ancient Greeks and Romans. They are showing us all how to move forward; With your heart. With Humanity. With class and artfulness. There was so much more going on in those videos than merely people singing on their balconies. There was defiance and fraternity. Their voices were powerful and graceful. “Don’t give up, and don’t forget why it matters”, they told the rest of the world with their arias. That’s something we all need to hear right now. No wonder it lifted so many of us up. Mille Grazie.

En el muy extraño día de San Patricio de este año, refugiado en mi casa, descubrí que esta vez no pensaba en Irlanda, como lo hago usualmente mientras uso el desagradable abrigo deportivo verde a cuadros del tío Bill que solo me atrevo a usar en el día de San Patricio. No, este año me descubrí pensando en Italia. Habitualmente relaciono estos dos países, no porque sean encantadores y antiguos y porque comienzan con la letra I, sino porque hace 30 años, cuando Debbie y yo estábamos planeando nuestro primer viaje a Europa, Irlanda estaba primero en nuestra lista. Esto se debía principalmente a que ambos somos descendientes de irlandeses, al menos según nuestros nombres. Incluso antes de que “23 & Me” fuera una cosa, soñábamos con ir a un pequeño pueblo irlandés donde todos los hombres todavía usan gorras y pensando que allí encontraríamos a nuestros parientes perdidos. Pero nunca llegamos a la Isla Esmeralda porque los amigos nos convencieron de ir a Italia. "Para su primer viaje europeo, deben ir a un país extranjero donde no hablen inglés; uno como el que ustedes se imaginan que debería ser un país extranjero. Ese es Italia ", dijo nuestro amigo Alan, quién viajó mucho y quien nos convenció de ir a Italia en lugar de Irlanda. Y tenía razón. Fuimos por la experiencia clásica y nos enamoramos de los italianos. ¿Quién no lo haría?

Mientras caminábamos por un gran bulevar en Roma con cientos de personas a la vista, Deb se detuvo en seco y dijo: "¿Puedes señalar a una persona en este momento que no sea lo suficientemente hermosa como para estar en la portada de la revista Vogue?" Me reí, pero luego miré y no pude encontrar a una sola persona de los cientos que pude ver que no fuera devastadoramente hermosa. Ni uno.

Los italianos son las personas más hermosas del planeta. Por supuesto que George Clooney se casó con una. ¡Ufff, y la comida! ¡DIOS MIO! ¡DIOS MIO! ¡Y el teatro! ¡Y la ópera! ¡Y la musica! ¡Y el David! ¡DIOS MIO! ¡DIOS MIO!

Incluso si nunca has estado en Italia, deberías amar a Italia esta semana. En medio de ser el epicentro del Coronavirus, los italianos conmovieron al mundo entero cantando Opera entre ellos desde sus balcones. ¡DIOS MIO! ¡DIOS MIO! Incluso, ese vídeo con ese emotivo canto, fue más viral que el mortal COVID-19. Eso me levantó el ánimo en medio del pánico de las noticias por cable las 24 horas, fue una dosis de humanidad muy necesaria que solo los italianos saben darla; ingeniosa y fuerte, honesta y sin pretensiones.

Como todo el mundo, nosotros en el Teatro 24 hemos estado ocupados tratando de encontrar qué deberíamos estar haciendo durante este brote de coronavirus. ¿Cuál es nuestra responsabilidad? ¿Qué podemos hacer para ayudar? Los teatros no son ajenos a estar en esta posición. Hemos tenido que encontrar nuestra función durante muchos eventos mundiales. ¿Y quién mejor para aprender que de los italianos? Los italianos se remontan siglos atrás al comienzo del teatro, con los antiguos griegos y romanos. Nos están mostrando a todos cómo avanzar; con tu corazón y con humanidad; con clase y astucia. En dos videos había mucho más que simplemente personas cantando en sus balcones. Había desafío y fraternidad. Sus voces eran poderosas y elegantes. "No te rindas y no olvides por qué todo esto es importante", le dijeron al resto del mundo con sus arias. Eso es algo que todos necesitamos escuchar en este momento. No es de extrañar que nos haya levantado el ánimo a tantos. Mille Grazie.

Jay McAdams