No Accident on the 101
No Accident on the 101
By Jay McAdams
There is an artist that lives under Hollywood Blvd, together with dozens of of homeless people who have made their nest there, just where it crosses with Alvarado. Most are simply tents with a shopping cart parked outside just as a car outside a house, but nestled in specific lines on both sides of the street. But the artist... he is performing a 3D political critique. A real couch with a coffee table and a lamp in front of a mural he painted on the cement wall below the bridge to represent the living room of a house. It is an art installation like none other. Included in the mural of the living room is a comforting chimney that he decorates during the holiday season with hung stockings and a Christmas tree with a star on top. The mural always changes. Sometimes it is painted like a Norman Rockwell scene with a bedroom wall with a chest of drawers or a bathroom with a sink and a mirror above it. But whatever is on the mural, it always shows an element of a house that it obviously doesn't have. And the artistic and social critique it always makes hits you in the gut. It reflects irony and touches upon a division in our world, in our priorities, in our compassion or lack thereof. And then, the traffic light changes and I keep driving.
The reason why the murals always change is because the city workers come once in a while and erase the art from his walls underneath the bridge. Curiously, they do not do anything to the tents that have been there for years. They simply finish their artwork and leave the tents alone. Then, the artist creates a new mural to depict another “living room”. It irritates me that the city wastes valuable time and resources to erase this man’s art instead of using those resources to help them find a place to live. These city bureaucrats only follow up on an order to paint over the grafitti on the wall, I suppose. This is something that all cities know to do. But nevertheless, I always feel enraged with the city when I see that his latest creation has been haphazardly erased with a lifeless gray paint. Then, the traffic light changes to green and I drive on.
His art makes me feel guilty because I know that it has to do with a real issue. Being left without a home is my biggest fear, and I can’t imagine myself in that situation, having the guts to create art in those circumstances. That’s why I always admire him for his work and think about how difficult it must be for a person without a home, with a need for literally everything, finding a mirror with a frame or a standing lamp or a coat rack or a coffee table or paint and brushes for the wall. I always feel uncomfortable in the winter, seeing his mural with a painted chimney, and when the traffic light changes, I drive on in my car on my way home to sit in front of a real chimney. His art is provocative and makes me feel like an impostor when I am warming up by the fire later that night. I pretend to be an artist, but compared to him, I am nothing. I always ask myself which of us is richer, because he has so much more value and tenacity than I do. Recently, the city once again erased this heartbreaking criticism about the rich and the poor. But this time, they also destroyed this homeless encampment that had been his home underneath the bridge for years. Those without homes have moved out of there, out from under that bridge that was the most vulnerable part of those in need, and now there is nothing more except a gray wall, covered in a layer of neglect. The city, in all of its wisdom, has ensured that this exquisite artwork is no longer there. But they did not ensure that this artist would have a home. No, he still does not have a home. And now, he’s been expunged from his “home”, the home that he reconstructed many times to protest the conditions of the world around him. This is what cities know to do. This is all they know how to do. But, knowing what I know about the artists, I know that this man will create once again. You can’t just spray gray paint and extinguish the artistic message of an artist as determined as he is. He will paint, or sculpt, or decorate, or write, or depict his story once again. And he will drive the public to tears… it’s happened to me many times. And then, the traffic light will turn green, and they will drive away.
No hay accidente en el 101
Por Jay McAdams
Hay un artista que vive bajo la autopista de Hollywood, junto a otras decenas de personas sin hogar que ahí han hecho su nido; justo donde la Alvarado cruza por abajo de esta. La mayoría son simplemente tiendas de campaña con un carrito de supermercado estacionado afuera al igual que un coche en la entrada de una casa, pero acomodados en filas muy específicas en ambos lados de la calle. Pero el artista... él está en su obra de arte, una crítica política en 3D. Un sofá real con una mesa de café y una lámpara delante de un mural que pintó en la pared de cemento debajo del puente para representar una sala de una casa. Es una instalación de arte como ningúna otra. Incluido en el mural de la sala, está una chimenea reconfortante que decora durante la temporada de vacaciones con medias colgadas y un árbol de Navidad con una estrella en la parte superior. El mural siempre cambia. A veces está pintada la pared con una escena a la Norman Rockwell con una pared de la recamara con un mueble con cajones o un baño con un lavabo de pedestal con un espejo arriba de este. Pero cualquiera que sea el mural, siempre representa un elemento de una casa que está claro que no tiene. Y la crítica artística y social que hace siempre, se te clava en el intestino. Siempre refleja ironía y toca un punto lacerante de nuestro mundo, de nuestras prioridades, de nuestra compasión o la falta de ella. Y a continuación, la luz del semáforo cambia y yo sigo.
La razón por la que cambia los murales se debe a que los trabajadores de la ciudad vienen de vez en cuando y le borran el arte de su pared debajo del puente. Curiosamente, sin embargo, no le hacen nada a las tiendas de campaña que han estado allí durante años. Ellos simplemente acaban con su arte y dejan las tiendas de campaña tranquilas. Luego, el artista crea un nuevo mural para mostrar otra "sala". Me irrita que la ciudad gaste recursos para borrar su arte en lugar de gastar esos recursos para ayudarlos a encontrar una vivienda. Esos burócratas de la ciudad solo dan seguimiento a una orden de trabajo para pintar el graffiti sobre la pared, supongo. Eso es lo que todas las ciudades saben hacer. Pero sin embargo, siempre me pongo furioso con la ciudad cuando veo que su última creación ha sido borrada descuidadamente con un gris sin vida. Y luego, la luz del semáforo cambia y yo sigo.
Su arte me hace sentir culpable porque sé que se trata de una verdadera adversidad. Quedarme sin hogar es mi mayor temor, y no puedo imaginarme a mí mismo, teniendo las agallas para crear arte en esas circunstancias. Así que por ese motivo, siempre lo admiro por su trabajo y pienso en lo difícil que debe ser para una persona sin hogar con una necesidad de literalmente todo, encontrar un espejo con marco o una lámpara de pie o un perchero o una mesa de café, o pintura y pinceles para la pared . Siempre me siento incómodo en el invierno, viendo su mural con una chimenea pintada, y cuando la luz del semáforo cambia, yo sigo en mi coche rumbo a casa para sentarme junto a una chimenea de verdad. Su arte me provoca y me hace sentir como un impostor cuando estoy calentándome al fuego más tarde por la noche. Yo pretendo ser un artista, pero en comparación con él, no lo soy. Siempre me pregunto cuál de los dos es más rico, porque yo sé que él tiene mucho más valor y mas tenacidad que yo. Recientemente la ciudad borró de nuevo esta desgarradora crítica sobre los ricos y los pobres. Pero esta vez, también destruyeron este campamento de gente sin hogar que ha sido su casa bajo el puente desde hace años. Las personas sin hogar se han movido fuera de ahí, debajo de ese puente que era la parte más vulnerable de los más necesitados y ahora no hay más que una pared gris, cubierta con una capa de descuido. La ciudad, en toda su sabiduría se ha asegurado de que esta exquisita técnica ya no esté ahí. Pero ellos no se aseguraron de que este artista tuviera casa. No, él está todavía sin hogar. Y ahora ha sido expulsado de su "casa", la casa que construyó muchas veces para hacer una crítica contundente al mundo. Esto es lo que las ciudades saben hacer. Eso es todo lo que saben hacer. Pero lo que yo sé de los artistas es que este hombre va a crear de nuevo. No se puede rociar pintura gris y extinguir el mensaje artístico de un artista tan determinado como él. Él va a pintar o a esculpir, o a decorar, o a escribir y o a representar su historia otra vez. Y va a llevar al público hasta las lágrimas... ya me ha pasado muchas veces. Y entonces, la luz del semáforo cambiará y ellos seguirán su camino.