On the Train to Independence / En el tren de la Independencia
by Tina Langill
Angela was a student in our After 'Cool program years ago as an Elementary and Middle School student. Even when her family moved away to Rosemead, she continued to be involved in our programs, becoming one of our paid House Staff at productions and volunteering to help out at major events. Each visit she would arrange for a family member or friend to drop her off early for her shift, then wait patiently for someone to pick her up after. When you factor in travel and wait times, every shift at 24th STreet Theatre probably took her double the time she was actually here. But despite the huge time commitment for a busy teenager who also had school and social commitments, Angela never complained and always performed her task with a smile.
So when we asked her to help us with Summer 'Cool this year, even though she has already graduated high school and is gearing up to attend college in the fall, Angela happily agreed to trek out to Los Angeles each day for two weeks. And when there was no one available to drive her, she boldly decided to dive into the wild world of public transportation, just so she could fulfill her promise to help us out.
At the start of the week, she was clearly nervous about catching the right bus, being alone downtown and the possibility of getting lost in the labyrinth of Union Station. Our Executive Assistant, Jennie, a veteran of the LA Metro herself, patiently sat with Angela and described her route, made she sure that she had the right fares and a TAP card, and helped her download the Metro app to her phone. Four days later, Angela is confidently making her way across the greater LA area twice a day, and excited about all of the new places and things she can experience on her own!
Many of us take for granted the opportunities we have, including the ability to hop in a car and drive to wherever we want to go. We’ll even complain about the traffic and time it takes to get there. But for someone who has spent her life relying upon the availability of others to transport her, the independence and freedom to get around in the city, no matter how long it took, was a joy, and humbling to witness.
Teaching someone how to take a bus and use public transport is not necessarily the first skill that you think of someone learning in a summer theatre program. But that’s part of what makes our programs and theatre so unique. We aren’t just performing plays; we are connecting people with their community. From the literal example of teaching a teenager to use the metro, to the connections made in our programs between students and families who have been neighbors for years but have never met. Our theatre is a crossroads (and not just because we are at the corner of 24th, Hoover and Union!), where people can take new directions in their lives, meet new people on other journeys and explore new avenues of thought.
We’re not just exposing children to the arts, or creating young performers; we are helping young people discover their independence, on the stage and in the greater world, and giving them the confidence to succeed in both. Angela helped me to remember that this week, and there are dozens more “Angelas” that are taking part in our programs and visiting our theatre every day. I can’t wait to be inspired by their next discovery.
por Tina Langill
Angela fue una alumna en nuestro programa para despues de la escuela "After 'Cool" mientras estudiaba la primaria y la secundaria. Incluso cuando su familia se mudó a Rosemead, ella siguió participando en nuestros programas y se convirtió en un miembro más de nuestro personal pagado en nuestras producciones y continuó también como voluntaria en los grandes eventos del teatro. Cada vez que ella tenía que venir, un miembro de su familia o un amigo se encargaba de dejarla temprano y luego esperar pacientemente a que alguien la recogiera después de terminar su turno. Si tomamos en cuenta los viajes y el tiempo de espera de cada turno en el Teatro 24, probablemente le llevó el doble de tiempo de lo que ella en realidad tenía que estar aquí. Y aún cuando era bastante el tiempo que le tomaban sus compromisos de adolescente, tanto escolares y sociales, Angela nunca se quejó y siempre llevó a cabo sus tareas con una sonrisa.
Así que cuando le pedimos que nos ayudara en nuestro programa de verano de este año, "Summer 'Cool", Angela felizmente accedió a viajar diariamente a Los Ángeles durante dos semanas a pesar de haberse graduado recientemente de la escuela secundaria y de estar preparándose para asistir a la universidad en el otoño. Y cuando no había nadie disponible para traerla, ella valientemente decidió sumergirse en el mundo salvaje del transporte público de Los Ángeles, sólo para poder cumplir con su promesa de ayudarnos.
Al inicio de la semana, ella estaba claramente nerviosa tratando de tomar el autobús correcto, o andar sola por el centro, o ante la posibilidad de perderse en el laberinto de la estación de trenes "Union Station". Así que nuestra Asistente Ejecutiva, Jennie, una veterana usando el Metro, se sentó pacientemente con Angela y le enseñó su ruta y se aseguró de que ella tuviera las tarifas correctas y una tarjeta TAP y por último, a descargar la aplicación del Metro en su teléfono. Cuatro días más tarde, Angela está tomando más confianza haciendo su camino a través de Los Ángeles dos veces al día y está muy entusiasmada con todos los nuevos lugares y cosas que puede experimentar por su propia cuenta.
Muchos de nosotros damos por sentado las oportunidades que tenemos, incluyendo la capacidad de saltar en un coche y conducir a donde querramos ir, incluso quejándonos del tráfico y del tiempo que tardamos en llegar aquí. Pero para alguien que ha pasado su vida contando con la disponibilidad de otros para transportarla, la independencia y la libertad de moverse por la ciudad sin importarle el tiempo que tome, es una alegría y algo digno de presenciar. Enseñar a alguien cómo tomar un autobús y cómo utilizar el transporte público en general no es necesariamente la primera habilidad que aprende alguien que está estudiando en un programa de teatro de verano pero eso es parte de lo que hace de nuestros programas y de nuestro teatro algo tan único. No sólo estamos haciendo obras de teatro, también estamos conectando a la gente con su comunidad a partir del ejemplo literal de enseñar a un adolescente a usar el metro o de establecer conexiones en nuestros programas entre los estudiantes y entre las familias que han sido vecinas durante años pero nunca se habían conocido. Nuestro teatro es un cruce de caminos (no sólo porque estamos en la esquina de la calle 24 y Hoover), donde la gente puede tomar nuevas direcciones en sus vidas, conocer nuevas personas en diferentes formas y explorar nuevas vías de pensamiento.
No sólo estamos exponiendo a los niños a las artes, o formando jóvenes líderes; también estamos ayudando a los jóvenes a descubrir su independencia, en el escenario y en el mundo exterior y darles la confianza para tener éxito en ambos. Angela me ayudó a recordar eso esta semana; y hay docenas más de "Angelas" que participan en nuestros programas y que visitan nuestro teatro cada día. No puedo esperar a ser inspirada de nuevo con su siguiente descubrimiento.