Work-at-Home-Mom Can't Wait for Preschool

It’s May and I post on Facebook that my 3 year-old was off to camp for the first time, the very first class he’d do on his own.

“He’ll be fine,” my Mother-in-law comments. “But how’s his Mommy?”

I stop in my tracks and realize that I have an unlikely reaction to the situation: I am thrilled.

I’ve spent three years as a stay-at-home-Mom who squeezes work into her day whenever possible, usually spending as much for a babysitter as I was getting paid. I crave a desk of my own, one without risk of stickers on my monitor or highlighter on my white board.

The Facebook post that people expect is the one where Mommy/Daddy and child are both teary-eyed for drop-off, not one where the parent opens her planner as soon as s/he leaves the building. If I hadn’t spent three years as his constant companion and teacher, if this moment in time had to happen sooner in his life, it would be harder. But for now, I have his little brother asleep in a wrap for at least one more hour and an article to write and submit before I pick up my older son from camp.

I knew this was coming, though. My oldest and I both recently felt the strange sensation of not being in sync, after three years of literally being attached at the hip. It isn’t so much that I am getting writing jobs and really want to spend more of my time working. It isn’t that we have less interest in playing with each other, or the families who we frequently meet. We can just both tell that in recent weeks, as my attention is split between the two brothers and my work, my oldest cannot learn what he needs to learn from me. He needs another guide, a new facilitator, friends on his terms. He needs to make mistakes and account for them on his own, without a parent’s instinctive prompting. At the classes we still attend together, he hardly even needs me except when he has to find his lunch bag. Once he got his own backpack, well...I become his taxi.

Perhaps because I still have the baby with me, a koala I can cuddle while watching my toddler transform into “a real boy,” as Gepetto says, it burns less. Even more than the comfort of our 9 month old still needing his Mommy, clinging to me, I watch my oldest run off with his friends at Tinkergarten, our outdoor class, and I know the older children will look out for him. I know that the children will handle any conflicts together, and return if they need intervention.

I know that he is having experiences without me present, and I may not know what he’s done until later today, if he chooses to reveal this private play time to me.

This is also why his official first day of school drop off was a little anti-climactic, He’d been going to camp there all summer. He loves his school. He already has friends. We don’t have a photo by our door with a chalkboard because we never did that sort of thing to begin with. (I’m looking at you, families with monthly milestone photos and outfits.) So I allow my oldest time and space to grow without me, and I appreciate the time alone with my smallest. I appreciate the time that we had and the privilege of accepting that time, as hard as it can be. I know I will not have a full three years of only working through this little guy’s naps; we already negotiate our play and work time on a daily basis. I know that my second shows signs of being more independent by necessity because I am not always at the ready with a napkin or a snack. He cannot yet speak so he sometimes walks a bin of blocks to me and starts stacking them into my hand because my work deadline be damned, he wants to play.

Sooner than his brother, this baby who just started to walk will spend more time away from me than with me. That will be different. That may feel harder.

But I won’t have to scrub Sharpie off my laptop or work through yet another episode of “Daniel Tiger’s Neighborhood,” so maybe I’ll feel okay about it.

 

 

Es mayo y publiqué en Facebook que mi hijo de 3 años fue a acampar por primera vez; la primera clase que haría por su cuenta.

"Estará bien", comenta mi suegra. -Pero ¿cómo está su mamá?

Me detengo por un momento y me doy cuenta de que tuve una reacción poco probable a la situación: estoy emocionada.

He pasado tres años como una mamá que se queda en casa, que se las ingenia para hacer el trabajo del día siempre que sea posible, por lo general pagando tanto a una niñera como lo que me estaban pagando. Anhelo un escritorio propio, uno sin riesgo de calcomanías en mi monitor o marcador en mi pantalla.

El "post" de Facebook que la gente espera es el que mamá / papá y el niño están con los ojos llorosos al dejarlo y separarse y no uno donde el padre abre su planificador tan pronto como él o ella salen del edificio. Si no hubiera pasado tres años como su compañera constante y maestra, si este momento en el tiempo tuviera que ocurrir más pronto en su vida, sería más difícil. Pero por ahora, tengo a su hermano pequeño dormido en su cuna por lo menos una hora más y un artículo para escribir y presentar antes de recoger a mi hijo mayor del campamento.

Sabía que esto iba a llegar, sin embargo. Mi hijo mayor y yo recientemente sentimos la sensación extraña de no estar en sincronía, después de tres años de tenerlo atado literalmente a la cadera. No es tanto que esté recibiendo trabajos para escribir y que realmente quiero usar más de mi tiempo trabajando. No es que tengamos menos interés en jugar unos con otros, o con las familias que con frecuencia nos encontramos. Podemos decir que en las últimas semanas, cuando mi atención se divide entre los dos hermanos y mi trabajo, mi hijo mayor no puede aprender de mi, lo que él necesita aprender ahora. Él necesita otro guía, un nuevo facilitador, amigos en sus propios términos. Él tiene que cometer errores y darse cuenta de ellos por si mismo, sin el instinto protector de un padre. En las clases seguimos juntos, casi ni me necesita, excepto cuando tiene que encontrar su bolsa de comida. Una vez que ha conseguido su mochila, pues... me convierto en su taxi.

Tal vez porque todavía tengo el bebé conmigo, un koala que puedo abrazar mientras veo a mi niño transformarse en "un verdadero chico", como dice Gepeto, es que se siente menos. Aún más que la comodidad de nuestro hijo de 9 meses de edad que todavía necesita a su mamá, aferrándose a mí, veo a mi hijo mayor huir con sus amigos en TInkergarten, nuestra clase al aire libre, sabiendo que los niños mayores lo cuidarán. Sé que los niños resolverán cualquier conflicto juntos, y volverán si necesitan ayuda.

Sé que él está teniendo experiencias sin mí presencia y no podré saber lo que él ha hecho hasta más tarde hoy, si es que él elige revelarme este tiempo privado del juego. Esto también es por lo que esta primera dejada en la escuela en su primer día oficial fue un poco anti-climáctica, ya que había ido a acampar todo el verano. Le encanta su escuela. Ya tiene amigos. No tenemos una foto de nuestra puerta con un pizarrón porque nunca hicimos ese tipo de cosas para empezar. (Los estoy viendo a ustedes, las familias con fotos de cada mes y con disfraces.)

Así que yo le permito a mi hijo mayor, tener tiempo y espacio para que crezca sin mí y aprecio el tiempo a solas con mi pequeño. Agradezco el tiempo que tuvimos y el privilegio de aceptar ese tiempo, tan duro como puede ser. Sé que no voy a estar un total de tres años trabajando solo en  las siestas de mi pequeño; Ya negociamos nuestro tiempo de juego y de trabajo sobre una base diaria. Sé que mi segundo hijo muestra signos de ser más independiente por necesidad, porque no siempre estoy lista con una servilleta o una golosina. Todavía no puede hablar, así que a veces empuja una cajita con un montón de bloques hacia mí y comienza a apilarlos en mi mano porque quiere jugar pero tengo un plazo para entregar mi trabajo.

Más pronto que su hermano, este bebé que acaba de empezar a caminar pasará más tiempo lejos de mí que a mi lado. Será diferente y podría parecer más difícil.

Pero no tendré que limpiar los rayones de plumón de mi computadora portátil, ni trabajar con otro episodio de "Daniel Tiger's Neighborhood", así que tal vez me sienta bien acerca de todo esto.

Newscindymariejenkins