Los Angeles Times CRITIC’S CHOICE 'El Ogrito' at 24th Street Theatre
Los Angeles Times CRITIC’S CHOICE
LA Times Review: 'El Ogrito' at 24th Street Theatre June 18, 2009
“El Ogrito (The Ogreling)” is a deliciously unexpurgated fairy tale with a decidedly grisly bent.
Part of 24th Street Theatre’s Teatro Nuevo Internacional program, “Ogrito” was originally written in French by Quebec-based playwright Suzanne Lebeau and translated into Spanish by Cecelia Iris Fasola. This U.S. premiere is performed in Spanish with English supertitles translated by Shelley Tepperman.
That may seem a case of too many cooks, but nothing was lost in this translation, which functions as both charming entertainment and pointed political allegory.
The action transpires in a creepy woodland setting, superbly evoked by scenic designer Keith Mitchell, lighting designer Christopher Kuhl and sound designer John Zalewski. It is here that Mama (Julieta Ortiz) lives with her son, Simon, nicknamed Ogrito (Gabriel Romero), a towering 6-year-old half-human/half-ogre with gory appetites that Mama’s strictly all-vegetarian diet have not blunted.
In fine fairy tale style, Ogrito must undertake three trials before he can become a “real boy.” But although Ogrito’s heroic struggle against heredity and instinct forms the crux of the conflict, the play is also a poignant parable of mother love.
Ortiz captures the agony of a woman who cannot alter her son’s fate, but must only hope. The excellent Romero personifies childlike innocence without parody yet is also completely convincing in his more menacing mode. In his satisfyingly dark staging, director Jesús Castaños-Chima balances any hint of the lurid with an emotional subtlety that will resonate with adults as well as children. However, parents should be cautioned that the material might prove a bit harrowing for the very young. -- F. Kathleen Foley
“El Ogrito,” 24th Street Theatre, 1117 W. 24th St., Los Angeles. 3 p.m. this Saturday, 3 p.m. Sundays through July 26. $15 adults, $7 children. (213) 745-6516. Running time: 1 hour, 15 minutes. Caption: Gabriel Romero (Ogrito) and Julieta Ortiz (Mother) in "El Ogrito" at 24th Street Theatre. Credit: Loli Castanos
Los Angeles Times ELECCIÓN DE LOS CRÍTICOS
Reseña de LA Times: 'El Ogrito' en Teatro 24, 18 de junio 2009
“El Ogrito (The Ogreling)’ es un cuento de hadas deliciosamente inexpungado con una inclinación decididamente espeluznante.
Como parte del programa Internacional del Teatro Nuevo del Teatro 24, ‘Ogrito’ es originalmente escrito en francés por la dramaturga Suzanne Lebeau, quien está basada en Quebec, y fue traducido al español por Cecelia Iris Fasola. Este estreno estadounidense está presentado en español con supertítulos en inglés traducidos por Shelley Tepperman.
Esto puede parecer un caso de demasiados cocineros, pero nada fue perdido en esta traducción, que funciona como ambos entretenimiento encantador y alegoría política puntiaguda.
La acción transpira en un bosque espeluznante, magníficamente evocado por el diseñador escénico Keith Mitchell, el diseñador de iluminación Christopher Kuhl, y el diseñador de sonido John Zalewski. Es aquí que Mamá (Julieta Ortiz) vive con su hijo, Simon, apodado Ogrito (Gabriel Romero), un imponente niño de 6 años que es mitad humano y mitad ogre, con un apetito sangriento que la dieta vegetariana de mamá no ha embotado.
En un estilo de cuento de hadas muy fino, Ogrito debe emprender tres pruebas antes de que pueda convertirse en un “niño real”. Pero aunque la heroica lucha de Ogrito contra la herencia y el instinto forma el meollo del conflicto, la obra es también una parábola conmovedora del amor materno.
Ortiz captura la agonía de una mujer que no puede alterar el destino de su hijo pero, solo puede esperar. El excelente Romero personifica la inocencia infantil sin parodia pero también es completamente convincente en su modo más amenazador. En su puesta en escena satisfactoriamente oscura, el director Jesús Castaños-Chima balancea cualquier indicio de lo espeluznante con una sutileza emocional que resonará tanto en adultos como en niños. Sin embargo, se debe advertir a los padres que el material puede resultar un poco desgarrador para los más pequeños. - F. Kathleen Foley